Algunas citas sobre el trabajo

"El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial. (Artículo 14 bis de la Constitución Nacional Argentina)

“No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan // En la Nueva Argentina el trabajo es un derecho que crea la dignidad del hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”. (Juan Domingo Perón, 1945)

“Tener trabajo es una bendición (…) Lo que te hace feliz es lo que conseguís con tu trabajo, emprendiendo. Y lo peor son los que a la primera de cambio quieren sacar ventaja”.

(Mauricio Macri, 2017)

«Cualquier trabajo es mejor que ninguno.» (Bill Clinton, 1998)

“El principio moral fundamental es el derecho de los hombres al trabajo […] Según mi parecer, no hay nada más abominable que una vida ociosa. Ninguno de nosotros tiene derecho a algo semejante. En la civilización no hay sitio para gente ociosa” (Henry Ford, 1925)

“Todos deben poder vivir de su trabajo, dice el principio planteado. Poder vivir está, por tanto, condicionado por el trabajo, y no existirá tal derecho, si no se cumple esta condición” (Johann Gottlieb Fichte, 1797)

“El trabajo es, por su esencia, una actividad no libre, inhumana e insocial, condicionada por la propiedad privada y creadora de propiedad privada. La abolición de la propiedad privada no se hará realidad hasta que no sea concebida como abolición del trabajo”, (Karl Marx, 1845)

"Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos sin poderlo remediar, una invencible repugnancia (…) "No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos esos salvajes". Lamentablemente el progreso no llegó para todos y muchos, salvajes y bárbaros, pagaron con su vida o su libertad el ‘delito’ de haber nacido indios o de ser gauchos y no tener un empleo fijo” (Domingo Faustino Sarmiento, 1844)